No hay certeza más grande en esta vida que saber que no hay nada cierto en esta vida. Cada momento es único y cada experiencia vivida nos cambia, nos erosiona como las olas pulen con perseverancia las piedras del mar.
Por regla general soy una persona reservada de su vida personal a la hora de publicar noticias en mis redes, las cuales considero que están más enfocadas a mi perfil de autora/editora. No por nada, sino porque en general, yo también soy reservada personalmente. Sin embargo, esta entrada es inevitablemente tan profesional como personal.
Como todos sabéis, Alberto Santos Editor ha sido mi editor durante estos cuatro años, publicando dos de mis libros:
Gálora - Ojos de fuego y
Más allá del negro. Acabo de terminar la segunda parte de Gálora, que se llamará
Vientos de tormenta y como suele ocurrirme cada vez que finalizo un libro, mi mundo se desmorona.
Es difícil describir la ausencia que se siente cuando tu libro está terminado. Estás tan feliz como vacío. Lloras. Lloras y no sabes porqué. Si de alegría o de tristeza, porque has conseguido lo que querías y porque tu libro ya dejará de ser solo tuyo para adentrarse en la imaginación de otros.
Personalmente, tardo meses en recobrarme de ese golpe. Paso de estar todo el día trabajando en algo a no querer hacer absolutamente nada. Me invade la apatía y me dejo flotar en la ausencia.
Este periodo no suele durar mucho pero mientras me siento así, no puedo evitar reflexionar sobre todo y nada. Me cuestiono mi vida, mis sueños, mi futuro, si estoy haciendo lo que tengo que hacer para alcanzar lo que quiero, qué es lo que quiero y qué estoy dispuesta a hacer para conseguirlo.
Así pues, cuando terminé la segunda parte de Gálora, no es de extrañar que me levantase una mañana con la decisión firme y resolutiva de que había llegado el momento de autoeditar. ¿No os lo esperabais? Yo tampoco.
Les agradezco su comprensión tanto a Alberto Santos como a Carlos García-Aranda, quienes han sido mis editores durante mis primeros pasos como autora. Gracias a ellos he crecido como persona y como escritora. Y tal y como les dije, la consecuencia que me ha llevado a tomar esta decisión ha sido en parte consecuencia de ello. La persona que yo era hace cuatro años cuando me estrenaba como autora novel, no es la misma que está escribiendo estas líneas.
La idea de iniciar un camino más vinculado con la "edición" hace tiempo que germinó en mí cuando realicé la primera autoedición de Gálora. Aprendes tantas cosas sobre el mundo editorial..., sobre los libros, sobre maquetación, corrección... Nunca dejas de aprender y es algo que me fascina. Realmente tengo ganas de hacerlo. Editar mi libro, superar obstáculos, iniciar un nuevo camino. Y el primer paso, es soñar.